El tango resurge en las milongas porteñas

El tango resurge en las milongas porteñas.

El tango resurge en las milongas porteñas. Un ritmo que no muere. El tango, símbolo de la identidad argentina.

El tango resurge en las milongas porteñas. Un ritmo que no muere.

El tango, símbolo de la identidad argentina, está viviendo un renacer en las milongas de Buenos Aires. A pesar de haber perdido terreno frente a géneros modernos entre los jóvenes, las nuevas generaciones están redescubriendo este arte en bares notables y espacios culturales como la Usina del Arte, donde las orquestas típicas atraen multitudes.

Milongas como resistencia

Las milongas, desde las tradicionales de San Telmo hasta las modernas de Palermo, se han convertido en espacios de resistencia cultural. Organizadores y bailarines han creado ciclos como “Aquí se baila el chamamé”, adaptando el formato para incluir tango y otros ritmos nacionales. Estas iniciativas atraen tanto a locales como a turistas, revitalizando la escena.

El rol de los artistas

Músicos como Astor Piazzolla, cuyo legado sigue inspirando, han dado al tango un lugar en el escenario global. Hoy, orquestas emergentes y bailarines profesionales llevan el género a festivales internacionales, mientras que artistas callejeros en Plaza Francia y Calle Florida mantienen viva la tradición popular. Sin embargo, la falta de apoyo estatal limita su alcance.

Desafíos económicos

La inflación y los costos de producción han afectado a los organizadores de milongas. Muchos dependen de la autogestión, y los subsidios del Ministerio de Cultura no siempre llegan a tiempo. A pesar de esto, la pasión por el tango impulsa a las comunidades a seguir adelante, organizando eventos gratuitos en plazas y centros culturales.

Un futuro prometedor

El tango, que surgió en los barrios humildes de Buenos Aires a fines del siglo XIX, sigue siendo un puente entre generaciones y culturas. Con un apoyo más sólido, podría consolidarse como un motor económico y cultural. Por ahora, las milongas porteñas demuestran que el corazón del tango sigue latiendo con fuerza.