Calvino ingresa en la compañía del editor Einaudi por consejo de Cesare Pavese. Primero, para tareas de publicidad. Pero de allí en adelante, en el rol de editor, en el que se convierte en uno de los más relevantes de su época. Es justamente en esa época, en contacto con historiadores, filósofos y la más alta intelectualidad italiana, que se modula el pensamiento que regiría a lo largo de su toda su obra.
Como escritor atravesó el neorrealismo e incursionó en el género fantástico a través de la trilogía I Nostri antenati (Nuestros antepasados) conformada por tres novelas: El vizconde demediado, El barón rampante y El caballero inexistente.
Más tarde sus libros abordaron temas como el miedo, la soledad y la libertad del individuo para buscar su sitio en el mundo en clásicos como la colección de cuentos de Las cosmicómicas (1965) y las novelas Ciudades invisibles (1972) y Si una noche de invierno un viajero (1979).
