Zona Sur de Pablo Strozza y Una lluvia de escombros de Hernan Cortés. Dice Strozza: “La zona sur, ese lugar donde los discos de Velvet Underground circulan entre los jóvenes como los caramelos Sugus entre los niños…”. Monte Grande, Luis Guillón, Llavallol, Turdera, Adrogué, Burzaco, Temperley, Lomas de Zamora, Banfield.

En todos esos lugares Lou Reed es Dios, y los discos de su banda y de sus compañeros (John Cale, Nico y hasta Moe Tucker) escuchados y estudiados como un judío amish aprende los secretos ocultos de la Torah. Pero no solo es Velvet y su familia. También podía ser la psicodelia prog de Gong, el prog a secas de Crimson y Van Der Graaf, o el killer rock de MC5 y los Stooges. Todas las tonalidades del dark, con Joy Division y Birthday Party como santos patronos y Los Pillos como créditos locales.

El punk, si es inglés es mejor. El reggae y el ska, claro que sí. Y el metal, lo mismo, pero solo con Black Sabbath y Motörhead como permitidos. Y todo lo que tenga un tufillo a hardcore es bienvenido. ¿Y dónde? En el barrio inglés de Temperley, en el centro de Adrogué (con El Resorte como checkpoint), Charlie en la Universidad de Ciencias Sociales de Lomas, en el Bar Saigón de Monte Grande.

Ver a uno de tu misma edad con una remera de los Doors es sinónimo de entablar un diálogo que, casi siempre, termina en amistad para toda la vida. Esas amistades son el caldo de cultivo de un montón de bandas.Copiloto Pilato, Los Brujos, Juana La Loca, La Nueva Flor, Perdedores Pop, THC, Chiquero, El Lado Salvaje son parte de un listado incompleto. Ellos saben bien quien quiénes son y también quiénes estamos del otro lado y debajo del escenario.

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