Un Regreso al Gran Rex

El legendario guitarrista Pat Metheny regresó al Teatro Gran Rex de Buenos Aires con un concierto inolvidable, presentando en solitario sus álbumes Dream Box (2023) y MoonDial (2024). Con su característica camisa a cuadros, jeans y melena suelta, Metheny no solo cautivó con su virtuosismo, sino que se convirtió en un narrador que conectó con el público a través de anécdotas personales y un arsenal de guitarras únicas. El formato íntimo permitió un diálogo cercano, donde la música y las historias se entrelazaron en una velada mágica.

Un Recorrido por su Vida y su Música

Metheny abrió el show con Better Days Ahead, marcando el tono de una primera parte acústica que incluyó clásicos como Phase Dance Theme, Praise, The Sun In Montreal, Omaha Celebration y Slip Away. Entre tema y tema, compartió recuerdos de su infancia en una familia de trompetistas, su primera guitarra comprada con ahorros tras descubrir a los Beatles, y el impacto transformador de Four & More de Miles Davis a los 12 años, que lo llevó a abrazar el jazz. Su narrativa, cargada de calidez, dio contexto a cada interpretación, haciendo que el público se sintiera parte de su viaje.

Guitarras que Cuentan Historias

El concierto fue una exhibición de la versatilidad de Metheny, quien alternó más de una docena de guitarras, cada una con su propia historia. Destacaron una Gretsch 6120 de 1956, una Gibson ES-175N de 1959 y una Gibson ES-150 de 1938, esta última pertenecida a Les Paul. El momento cumbre llegó con la guitarra Pikasso, un instrumento de 42 cuerdas con un diseño casi escultórico, creado por la lutier canadiense Linda Manzer. Metheny también elogió a un fabricante argentino de cuerdas para guitarra barítono, descubierto en YouTube, cuya contribución dio un toque local al espectáculo.

Homenajes y Emoción

El concierto tuvo un momento especialmente emotivo con un homenaje a Charlie Haden, su amigo y colaborador. Metheny interpretó Waltz for Ruth, Our Spanish Love Song y First Song, evocando la conexión profunda que compartieron. El repertorio se enriqueció con versiones de Garota de Ipanema, Cinema Paradiso, Alfie de Burt Bacharach y Two for the Road de Henry Mancini, cada una recibida con ovaciones que reflejaban la entrega del público, que respetó mayormente el pedido de no usar celulares, aunque un láser verde señaló a los infractores.

El Orchestrion y un Cierre Apoteósico

El tramo final sorprendió con la aparición del Orchestrion, un sistema MIDI de percusión, cuerdas y teclados que transformó el escenario en una orquesta unipersonal. Los bises, con temas como Sueño con México, Wichita Lineman y Missing, sellaron una noche donde la cercanía y los matices prevalecieron. Metheny, con su maestría y calidez, demostró por qué sigue siendo una figura imprescindible del jazz.