En 1970 tuvo su primer intento de suicidio. Unos meses más tarde, llegó el segundo. Y más allá de que contaba con el apoyo de su círculo íntimo y que de que estaba internada en un hospital psiquiátrico para tratar su grave cuadro depresivo, el 25 de septiembre de 1972 se quitó la vida tras ingerir 50 pastillas de Seconal. Con solo 36 años, Pizarnik dejó una huella en la literatura nacional y la imagen de una poeta incomprendida y triste a la que la vida le causó mucho dolor.