Desde este sábado una muestra lumínica e inmersiva llega al barrio porteño de Palermo y se podrá disfrutar todas las noches de julio.
Entre luces de colores, efectos de humo, proyecciones de tipo mapping y música instrumental, clásica y tango, el Jardín Botánico Carlos Thays del barrio porteño de Palermo se convertirá desde este sábado, y durante todas las noches de julio, en un museo a cielo abierto, que dialoga con la flora, las esculturas y la arquitectura del espacio, en el marco de la muestra lumínica e inmersiva «Secret Garden», un recorrido laberíntico que apunta a descubrir los secretos de la naturaleza cuando cae el sol.
Mientras el Botánico seguirá funcionando en su horario habitual, durante el día, de martes a domingos hasta las 18 con entrada gratuita, con sus más de 900 especies de plantas y 2.000 ejemplares de árboles, por las noches de julio -a partir de las 18.30 – se podrá visitar esta propuesta -una costumbre importada de varios jardines europeos- que ilumina literalmente desde ópticas desconocidas el patrimonio botánico de este tradicional paseo porteño.
«La idea surgió inicialmente en los Kew Garden (Jardín Botánico de Londres) que tienen 400 años de historia. En invierno siempre había menos afluencia y se les ocurrió hacer algo para resaltar la belleza del espacio y atraer público en una época que no es habitual, en invierno y de noche, que en el hemisferio norte es en Navidad. Hicimos varias instalaciones en diferentes partes de España con muchísimo éxito y buscábamos un espacio en Latinoamérica. Sabíamos que Argentina tiene una riqueza cultural enorme pero cuando conocí este Jardín me pareció impresionante. Nos hemos esforzado por resaltar parques que no son ni la mitad de bonitos que éste. Así que van a ver algo bastante especial que hemos diseñado especialmente para este espacio», contó a Télam el español Nicolás Renna, manager director de Proactiv Entertainment, la empresa que realizó una alianza estratégica con la productora argentina 6 Pasos para concretar el espectáculo.
Entusiasmado, Renna adelantó que ya se vendieron 30.000 entradas anticipadas para conocer la exposición que articula instalaciones artísticas lumínicas, videos mappings, figuras gigantescas, proyecciones, instalaciones de luces LED, neones e interactivas que dan forma a las 17 postas inmersivas, visuales y auditivas, un paseo en el que puede sonar desde «Por una cabeza» de Carlos Gardel hasta una sinfonía de Beethoven según cada estación.
La vida, la naturaleza, la biodiversidad, el espacio, la música, el amor, la reflexión, los pensamientos, los astros y el arte son las temáticas que estructuran este recorrido, que adapta su contenido a la identidad local y al entorno del Botánico de Buenos Aires, inspirado en muestras inmersivas que desde hace años se hacen en ciudades como Londres, París, Berlín, Frankfurt y Barcelona, bajo el concepto de «Christmas Garden».
«Una cálida bienvenida aguarda a los visitantes brotando de la tierra, un cielo de capullos florales que llenan el aire con su encanto etéreo. Envueltos en misterio, abrazan la luz que los habita. Un suspiro de vida, una danza de bienvenida en la naturaleza», se lee en el primero de los puntos del recorrido, «Vida y naturaleza», que invita a aventurarse en un túnel rodeado de verdes y ramas, con lámparas suspendidas que coronan el andar, justo antes de leer, en letras grandes de neón púrpura, el nombre de la propuesta «Secret Garden».
Una vez adentro, aparece un fabuloso mapping sobre la fachada del edificio central, que propone rescatar la historia del creador de este espacio verde, el arquitecto y paisajista francés Carlos Thays, que arribó al país para un proyecto de un año pero a poco de llegar se enamoró y se terminó quedando por más de cuatro décadas. Una figura que impulsó la industria yerbatera tal como la conocemos además de diseñar algunos de los jardines más bonitos del país durante la llamada «belle epoque», decidido a hacer de ésta una ciudad llena de plazas y paseos, convencido de que «el espíritu descansa» cuando contempla la belleza de la naturaleza, tal como celebra la narración.