En medio de la transición gubernamental, una polémica normativa sobre derechos de autor ha desatado un intenso debate en Argentina. La disposición recién aprobada otorga legitimación jurídica al Centro de Administración de Derechos Reprográficos de Argentina (Cadra), entidad que representa a editores, escritores y fotógrafos, permitiéndoles cobrar un canon por la reproducción digital o analógica de obras. No obstante, sus detractores, entre ellos académicos y escritores, temen que esta medida perjudique a las entidades educativas públicas.
Sin embargo, críticos notables, como el historiador y ensayista Ezequiel Adamovsky, han expresado su preocupación acerca de cómo esta normativa afectará el acceso a materiales educativos en instituciones públicas. Adamovsky, junto con otros autores y autoras prominentes como Tomás Abraham, Martín Kohan, Claudia Piñeiro, Felipe Pigna y Jorge Consiglio, se encuentran entre los afiliados a Cadra.
Adamovsky sostiene que, si bien respalda el derecho de los autores a ser retribuidos por su trabajo, la normativa no debería aplicarse de la misma manera a materiales educativos, especialmente en instituciones públicas. Su postura refleja el temor de que la medida pueda limitar el acceso a recursos educativos esenciales en un momento en el que la educación está bajo presión debido a diversos desafíos.
La polémica ha alcanzado tal magnitud que se anticipan acciones legales por parte de Cadra, que ha manifestado su disposición a emprender acciones judiciales si los autores y autoras así lo deciden. La situación continuará generando tensiones y debates en la escena cultural y educativa de Argentina en los próximos meses.