El rescate de la totalidad del corpus del Walsh responde a un plan editorial del sello Planeta, que a las dos reediciones que lanza este mes sumará otros ocho títulos del autor que marcó un antes y un después en la investigación periodística, a publicarse a partir de 2024.
TELAM – Con el valor agregado de operar sobre un presente acechado por la precarización del oficio, el crecimiento de las fake news y los discursos de odio, la obra del escritor y referente del periodismo argentino Rodolfo Walsh comienza a reeditarse en estos días con la aparición de dos textos fundamentales: «Variaciones en rojo», una compilación de tres novelas policiales que son consideradas joyas literarias, y «Operación Masacre», el clásico del periodismo narrativo que marcó un antes y un después en la investigación periodística.
El rescate de la totalidad del corpus del Walsh responde a un plan editorial del sello Planeta, que a las dos reediciones que lanza este mes sumará otros ocho títulos del autor que marcó un antes y un después en la investigación periodística, a publicarse a partir de 2024.
Walsh, figura central en la literatura y el periodismo argentino, nació en Choele-Choel (Río Negro) en 1927. Su vida se entrelaza con una narrativa que lo llevó desde un colegio irlandés para huérfanos y pobres en Capilla del Señor -historias que aparecen en la «Serie de los irlandeses»- hasta convertirse en un pionero del periodismo narrativo a nivel mundial.
En 1951, ingresó al periodismo, marcando el inicio de una carrera prolífica. Trabajó en revistas emblemáticas como Leoplán y Vea y Lea durante los años cincuenta, estableciendo su posición como un narrador hábil y un observador incisivo.
Planeta lanzó este mes dos obras fundamentales: una de ellas es «Variaciones en rojo», que le valió el Premio Municipal de Literatura. Este conjunto de relatos policiales sigue las peripecias de Daniel Hernández, un joven corrector de pruebas convertido en detective por elección, y su astuto amigo, el comisario Jiménez.
La otra es «Operación Masacre», en la que a través de la investigación sobre un fusilado que sobrevive, el periodista documenta el terrorismo de Estado desencadenado por un intento revolucionario en 1956 cambia el enfoque a la realidad política .
Osvaldo Aguirre, compilador de «Un periodismo literario», libro que reúne las entrevistas con Walsh, subraya la oportunidad de la reedición en un contexto político y cultural actual. Afirma que «la coyuntura demanda que la obra del periodista llegue a nuevos lectores, especialmente a los más jóvenes porque repone la figura de Walsh contra la impugnación que desde hace tiempo se trata de instalar desde la derecha y los discursos de odio, con los servicios de periodistas o periodistas de servicios, no sé bien. Y es otra oportunidad para redescubrir aspectos de la obra todavía poco recorridos, como el teatro o incluso la narrativa de ficción.».
Además, Aguirre resalta que el presente y la producción bibliográfica que rodean a la obra del periodista posibilitan nuevos contextos de lectura tanto para «Variaciones en rojo» como para «Operación Masacre». «‘Las Cartas a Donald A. Yates’ (2021), que compiló y anotó Juan José Delaney, muestran que Walsh tuvo un proyecto con respecto a la narrativa policial y registran su visión original sobre el peronismo», dice.
«Esta etapa inicial es muy importante: en el mismo año en que aparece «Variaciones en Rojo» (1953), Walsh publica ‘Diez cuentos policiales argentinos’ en Hachette, la primera antología del género en la Argentina», agrega Aguirre.
Desde otra perspectiva, la periodista y escritora María Moreno, autora de obras como «Black Out» y «Oración, carta a Vicki y otras elegías políticas» enuncia la búsqueda de justicia por parte del periodista. En sus propias palabras, «hay un Walsh que busca ejercer ‘otra justicia’ – la que el poder desmiente reprimiendo a los testigos – y que a partir de ‘Operación Masacre’, reconstruye la escena del crimen y descifra en sus archivos personales, claves ininteligibles por deliberadamente escondidas por las fuerzas parapoliciales y sus aliados, el que ilumina las entrelíneas de la prensa oficial leyendo atentamente los avisos fúnebres y la sección sociales de los diarios y que pone en juego los testimonios de los sobrevivientes aunque jamás puede estar seguro del orden con que los detenidos bajaron del camión en el descampado de José León Suarez donde serían asesinados. Por eso escribe en una nota al pie: ‘La contradicción – típica de situaciones semejantes – permanece insoluble hasta ahora'».
Moreno revela, citando a Walsh, cómo su enfoque va más allá de la política, explorando la complejidad de su figura y su evolución ideológica: «Le pregunté si realmente le había preguntado a la viuda de uno de los asesinados qué había comido su marido el día del crimen. Me contestó ‘No me van a hacer un juicio por eso’, pero después me dio a entender que esa comida era la común entre obreros que en ese entonces conservaban sus derechos».
Moreno explica que cuando escribe «Operación masacre» Walsh no era peronista: «Era en cambio borgeano y creía en ‘los hombres que se atreven’ más allá de sus posiciones políticas. Después irá cambiando los prólogos de ‘Operación Masacre’ de acuerdo a su adhesión a Montoneros y las sucesivas ediciones. En sus papeles personales no deja de debatirse entre planear escribir «la última novelas burguesa» o la primera revolucionaria , seguramente basada en el testimonio, género que considera superior al de la novela».
Por su parte, Federico Jeanmaire, autor de «La banda de los polacos», «Más liviano que el aire» y «Una virgen peronista» elogia la originalidad y la búsqueda formal en la escritura del periodista. Jeanmaire enfatiza, de manera textual, que «Walsh ocupa un lugar imprescindible en la biblioteca de cualquier persona que pretenda escribir en la Argentina».
«Podría hablar sobre los primeros títulos de la reedición de su obra completa: los tres relatos policiales de ‘Variaciones en rojo’ o de ese texto fundacional de la no ficción que es ‘Operación Masacre’. Pero no. Prefiero hablar de su escritura, no ampararme en lo genérico ni en lo político. Hay en esa escritura un valor que ya no se lleva: la originalidad. Formas novedosas para contar los temas de siempre. Una búsqueda formal que atiende al contenido de la cuestión», dice.
El narrador destaca la importancia de la forma y el contenido en la obra de Walsh, reflejando la estética única del autor.
Asimismo, Jeanmaire elogia su estética, instando a los nuevos lectores a esperar con ansias la publicación de «Nota al pie». En sus palabras, «Eran otros tiempos, es verdad, tiempos en los cuales lo distinto conmovía. Hacer la revolución, para un escritor, comenzaba por hacerla en sus escritos. El contenido solo era importante si la forma en la que se lo contaba también lo era. Un escritor del carajo, Walsh. Y como el público se renueva, me encantaría que aquellos que recién se van a aventurar dentro de sus páginas, esperen con ansias a la publicación de ‘Nota al pie’, el relato en que se ve más claramente la enormidad de su estética: no solo contaba, lo hacía de una manera única». Jeanmaire destaca la originalidad de Walsh como un valor perdido en la actualidad.
Moreno desmiente que Walsh se haya adelantado a la «no ficción», como dice el mito: «Tenía un eterno proyecto de simetría – entre el escritor político y el «artístico», entre el escritor y el periodista, entre el político y el escritor – para el que había soñado una y otra vez una organización que le permitiera ejercerlo en una especie de sistema de turnos. La noche en que escribió la ‘Carta de un escritor a la junta militar’, también escribió partes de un relato que desapareció en el allanamiento de su casa de San Vicente y una versión nacional del scrabbel. Pero hubo en esa simultaneidad final, la prueba de que Rodolfo Walsh, cuando el grupo de tareas de la ESMA lo tacleó en la calle – no fue una imprudencia llevar en su portafolio la ‘escritura’ de su casa sino un postrero acceso de humor negro y una divisa, murió como síntesis, esa debilidad marxista», concluye Moreno.
La reedición de la obra de Walsh se presenta no solo como un acto de preservación histórica, sino también como un llamado a la relectura crítica y la apreciación renovada de un autor cuya relevancia perdura en la actualidad.