La escritora, que falleció este domingo a los 86 años, protagonizó varios litigios con escritores que en su mayoría perdió. Incluso mantuvo un entredicho con el presidente Alberto Fernández
En 1988, Kodama inauguró la Fundación Internacional Jorge Luis Borges y desde entonces se entregó a «el enorme trabajo que supone difundir una obra tan maravillosa e inmensa». Eso la llevó a protagonizar muchas batallas, que perdió en su mayoría, y a ganarse varios enemigos.
Probalemente el más recordado, no fue ni el primero ni el último de sus conflictos, fue el litigio judicial que mantuvo con el escritor Pablo Katchadjian. Todo comenzó en 2009, cuando Katchadjian publicó, a manera de experimento literario, El Aleph engordado, un texto en el que usaba como base el El Aleph, de Borges, agregándole palabras.
Kodama le inició una causa por plagio. En una primera instancia, Katchadjian se vio beneficiado por la falta de mérito, pero al poco tiempo lo volvieron a procesar. La causa volvió a tomar un giro y la Justicia dictó otra vez la falta de mérito. Finalmente, en 2021el juzgado Civil Nº 1 ordenó a Kodama a pagar $888.500 mil de costas y honorarios por el juicio, bajo pena de ver embargados los derechos de autor.
El conflicto hizo que buena parte de la intelectualidad se pusiera del lado de Katchadjian y cuestionara la actitud de Kodama.
Una larga historia de conflictos y litigios judiciales
Con el inicio del nuevo milenio, Kodama inició juicios contra varios biógrafos, como el argentino radicado en Ginebra Juan Gasparini, autor de La posesión póstuma (2000). También querelló a Roberto Alifano, por la propiedad intelectual de El humor de Borges, y al biógrafo Alejandro Vaccaro, llegando a pedir que sus libros no estén junto a los de Borges en la librería Cúspide. En ninguno de los casos la Justicia falló a su favor.
Kodama además litigó desconociendo la coautoría del antiguo traductor de Borges al inglés, Norman Thomas di Giovanni, en Un ensayo autobiográfico. En otro juicio, perdió los derechos que el propio Borges le había concedido al ensayista Osvaldo Ferrari sobre tres libros de diálogos con él, que Kodama reclamaba.
En 2006, la prestigiosa editorial francesa Gallimard acusó a Kodama de impedir la reedición de la única versión crítica y comentada de las obras completas del escritor argentino. Esa disputa también la perdió.
Cinco años después, en 2011, Kodama forzó a retirar El hacedor (de Borges), Remake de Agustín Fernández Mallo de las librerías españolas.
A fines de 2019 protagonizó una polémica con el presidente Alberto Fernández, cuando éste propuso crear el Museo Borges con manuscritos donados por el empresario Alejandro Roemmers.
“Son todas cosas robadas«, afirmó entonces Kodama. «Son todas cosas que esta señora sacó de la casa» refiriéndose así a Epifanía Robledo de Ubeda, más conocida como Fanny, la histórica ama de llaves que atendió al escritor durante décadas, antes de que él se fuera a vivir a la ciudad suiza de Ginebra a fines de 1985 poco antes de su muerte.