Los fanáticos del genial autor argentino de parabienes: mientras que la primera y la tercera son inéditas, la segunda fue publicada en 2014.

Publicado por Random House las tres novelas de Alberto Laiseca (1941-2016) contenidas en «Hybris», un texto recién publicado que permite entender al autor de «Los Sorias» y «Matando enanos a garrotazos», quien en uno de los relatos describe su deseo de unirse a la guerra de Vietnam mientras que en otro recrea su infancia en un pequeño pueblo de Córdoba y en el tercero acusa a los sindicatos de controlar las libertades individuales.
«Si Sindicalia es su primera novela y La puerta del viento la novela que le debía a su juventud, Camilo Aldao es el esfuerzo supremo por no entregar el Territorio Lai a las tropas de la muerte. Y las tres novelas reunidas son la hybris de Laiseca: su desmesura. Como dice en La puerta del viento: «Solo cumplíamos las órdenes del exceso». Selva Almada Infidelidad, traición, sexo, masoquismo, libros, guerra, violencia, anticomunismo, fascismo, soledad, desamor. En clave esotérica y delirante, detonan la clásica división binaria: aquí realidad/allí ficción; ¿cuerdo o loco de atar?, la escritura o la vida… Intacta, su demasía encuentra en este volumen con inéditos una de las tantas formas posibles. Discípulos del mítico taller del Maestro, Selva Almada y Sebastián Pandolfelli rescataron -entre un desquicio de papeles, anotaciones sueltas y un proverbial anecdotario- no solo estos originales. También el ánimo para reinterpretar ese fenómeno astrológico y paranormal llamado Alberto Laiseca, que altera todavía hoy los aparejos críticos y amenaza esa ilusión llamada Literatura argentina.
Es autor de Los sorias, considerada una de las mejores novelas argentinas, Su turno para morir (1976), Aventuras de un novelista atonal (1982), La hija de Kheops (1989), La mujer en la muralla (1990), El jardín de las máquinas parlantes (1994) y El gusano máximo de la vida misma (1999); el libro de poesía Poemas chinos (1987) y los cuentos Matando enanos a garrotazos (1982) y Por favor, ¡plágienme! (1991). Recibió la beca Guggenheim, el Premio Boris Vian, un diploma al mérito de la Fundación Konex y el Martín Fierro a Mejor Programa Cultural de Cable.