Alejo Stivel, líder de la banda española Tequila tocará por primera vez en Buenos Aires

Este sábado de 22 abril, poco antes de la medianoche, en el Teatro Astros, y con 64 recién cumplidos, Alejo Stivel finalmente tendrá su primera vez… frente al público de Buenos Aires, la ciudad donde nació, se crio, mamó rock y a la que -junto a su familia- tuvo que dejar empujado al exilio por la dictadura.

Este sábado 22, antes de la medianoche, Alejo Stivel por primera vez cantará en Argentina, país que dejó hace 46 años, cuando su familia fue empujada al exilio. Entre 1977 y 1983 fue el cantante de Tequila, la banda que revolucionó el rock español tras cuatro décadas de franquismo. Un furor que se refleja -con música y excesos- en un documental que se exhibe en el Bafici.

TELAM – Su cuñado, Jorge Guinzburg, acostumbraba terminar sus entrevistas con una clásica pregunta: “Decime, ¿cómo fue tu primera vez?”.

Alejo llegó a Madrid con apenas 17 años y cursando la secundaria, junto a su gran amigo Ariel Rot. Con mucho rock en sus cabezas –Charly, Spinetta, Pappo, Los Gatos-, lo primero que quisieron saber era qué se escuchaba por allí y descubrieron que en la España que salía del franquismo todo era negro, gris, triste y sin música. Y a los pocos meses dieron luz a Tequila.

Para centenials y millenials que no tienen idea de quién es Alejo Stivel y qué fue la banda Tequila, el propio músico se presenta en charla con Télam en una mesa de Urondo, el bar de su hermano de la vida, Javier Urondo, a la vez que aprovecha para degustar un jugoso vacío.

“Tequila fue una banda de rock que formaron dos niños exiliados argentinos en España. Llegaron allí, sin conocer a nadie ni nada. En un año habían sacado un disco que estaba número uno en las listas de éxitos y llenaban estadios. Es que llevábamos el mensaje que justo necesitaba el país que salía de 40 años de oscuridad: escapismo alegría, fiesta, diversión, intensidad. Claro que tuvimos que aprender a hablar de tú y todo eso… Pero fue instantáneo: llegar y triunfar”.

-Alejo, ¿cuántos años tenías cuando llegaste a Madrid con tu mamá (la actriz Zulema Katz)?

-17, 18 años, con Ariel éramos menores de edad. Por eso el primer contrato discográfico de Tequila lo tuvieron que firmar nuestros padres. Ahora, en tiempos de redes sociales, el mundo se achicó de una manera brutal. Pero entonces, 1977, ir a España sin conocer a nadie, era como viajar a Marte.

-¿Y cuándo apareció Tequila?

-Con Ariel veníamos muy acostumbrados a ir a recitales desde muy chicos. Y en Madrid, extrañábamos eso. Hasta que nos enteramos de en la discoteca M&M había conciertos. Una noche vimos una banda y encaramos al bajista para invitarlo a sumarse a nuestra banda… que todavía no existía. ¡Una locura! Locos pero convincentes ya que además del bajista –Felipe Lipe- se sumaron el guitarrista y el baterista. Finalmente el baterista se fue a la mili –la colimba española- y lo reemplazó Manolo Iglesias mientras que al guitarrista lo cambiamos por Julián Infante-. Entonces sí ya estaban los cinco Tequila.

-Los números gobiernan al mundo. Recordame algunos de Tequila…

-En cinco años de vida sacamos cuatros discos –el primero en enero de 1978- que vendieron más de dos millones de discos. Dimos casi 500 shows en vivo –uno 120 por año-, recorriendo miles y miles de kilómetros por todo el país. Esas giras nos obligaban a faltar a la escuela –todavía estábamos en la secundaria- y cuando volvíamos los compañeros a Madrid los compañeros nos miraban con odio diciendo: “mientras nosotros estamos acá estudiando Geografía, tú te la pasas roqueando por España”. –

-Mal no la pasaban…

-Rodeado de chicas, de fans y haciendo lo que más te gusta con tus amigos, verdaderamente fue el sueño del pibe… Yo le recomiendo a todos los adolescentes que hagan una banda, que salgan a tocar y tengan mucho éxito… jajajaja… Pero todo tiene su contracara. Cuando esos cinco años se acabaron fue como caerte de un altísimo pino… Te golpeás la cabeza, te preguntás dónde estoy porque, como dicen los norteamericanos, fue “too much too son” – “demasiado, muy rápido”, pero bueno, que nos quiten los bailado.

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